La casa se sitúa en el borde entre la playa y el bosque, de tal manera que se asome a la playa y que el bosque se convierte en un resguardo trasero. Así, la casa puede disfrutar de dos entornos diferentes y de sus distintas cualidades.
Esta situación condicionará el proyecto, ya que se adaptará a los factores que caracterizan cada ambiente:
la playa, un espacio abierto donde la gente pasea, juega con el agua y se abre al sur; y el bosque, un lugar refugiado por los árboles, donde la luz pasa filtrada por las hojas y donde las vistas se fraccionan por una secuencia de troncos.
En las maquetas de inicio se muestran los conceptos que queremos aplicar al proyecto:
la introversión (privacidad), el aprovechamiento de las vistas, la huella mínima. Estos conceptos se aplican ayudándonos del entorno: al estar en el borde nos introducimos en el bosque para resguardarnos y nos elevamos respecto a la playa para contemplarla desde arriba, conformando un bloque rígido de hormigón prefabricado frontal-cubierta inclinada-trasero, mientras que los laterales (donde se darán las circulaciones) se hacen móviles otorgando un poco de flexibilidad a la casa. Estarán conformados por una doble piel de vidrio (interior) y lamas de pvc blancas (exterior) que pivotarán y permitirán regular la cantidad de luz y controlar la visión. Uno de ellos conformará un porche mientras que el otro servirá para generarse un espacio exterior privado. Ambas pieles serán móviles permitiendo distintas situaciones con el exterior (luz, ventilación, espacio...) Al abrir las lamas entrará luz, si quiero ventilación abro también el vidrio, y a la vez se generan situaciones intermedias espaciales que enriquecen la vivienda.
